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DAOs: El Futuro de la innovación organizacional
05 de octubre 2020 | 8 minutos
¿Alguna vez te has planteado si la política como la conocemos hasta ahora da respuesta a los problemas que vivimos los ciudadanos de este siglo?. ¿Te has cuestionado si nuestras organizaciones sociales y/o políticas tienen la capacidad de resolver problemas impredecibles y globales como pandemias o el Cambio Climático?
Estas preguntas rondan mi mente, en una necesidad constante de hallar soluciones más efectivas a los retos que afrontamos en nuestras sociedades. Si tú también te has hecho estas preguntas u otras similares, quizá se deba a que no quieres pasar desapercibido en una vida común, te interesan los asuntos públicos y, al igual que yo, quieres invertir esfuerzos en mejorar la sociedad a la que perteneces.
En este post quiero contarte acerca del surgimiento de una alternativa para crear estructuras, gobernanzas e incentivos descentralizados, una alternativa que augura cambiar el futuro del diseño organizacional, de la lógica política y del estilo del trabajo. No es en sí misma una respuesta a nuestras preguntas, sino una posibilidad que considero hay que estudiar de cerca y experimentar para dimensionar su potencial.
Siendo así, en este artículo te acercaré a ese surgimiento, reconstruyendo la reciente historia de las DAOs.
Organizaciones Autónomas y Descentralizadas (DAOs)
Las DAOs, como sus siglas en inglés las definen, son Organizaciones Autónomas y Descentralizadas creadas sobre la base de la tecnología blockchain.
Ya desde la década de 1990 se había comenzado a hablar de sistemas distribuidos compuestos por múltiples agentes inteligentes que interactúan entre ellos. Dentro de su caracterización, destacaba su autonomía y descentralización. De este modo, los sistemas multiagentes fueron quizá la primera referencia a las DAOs.
En el marco de los desarrollos surgidos a partir del blockchain, el 7 de septiembre de 2013 Daniel Lamier publicó un artículo llamado “Overpaying for security, the hidden cost of bitcoin”, en el cual se habla por primera vez de las DACs (Empresas Autónomas y Descentralizadas). Como antecedente, las DACs presentan una visión similar a las DAOs, enfocadas desde una perspectiva comercial que apunta especialmente a organizaciones con fines de lucro.
Ahora bien, el término DAO (Organizaciones Autónomas Descentralizadas) fue acuñado por B. Vitalik, fundador de Ethereum, en su famoso artículo publicado el 6 de mayo de 2014: “DAOs, DACs, DAs and More: An Incomplete Terminology Guide”.
Vitalik destacó tres aspectos claves de las DAOs:
- Poseen capital interno y tienen la capacidad de usar ese capital para generar valor. Vitalik destaca como ejemplos a Bitcoin y Namecoin, en contraste con Bitcloud/Maidsafe y Bit Torrent quienes no tienen propiedad interna, solo reputación que no es considerada un activo vendible.
- Tienen un grado importante de inteligencia autónoma propia, pero requieren una gran participación de humanos que interactúan específicamente con un protocolo definido por la DAO para poder operar.
- No tienen fines de lucro, aunque se puede ganar dinero participando en su ecosistema, más no invirtiendo en ella.
Tanto Daniel como Vitalik hicieron importantes esfuerzos por teorizar las posibilidades de estas invenciones, pero no las llevaron a la ejecución, surgiendo así la polémica tarea de delimitar el tiempo en que iniciaron las DAOs.
¿Cuándo nació la primera DAO?
Este es un tema que genera debate, siendo la conceptualización de lo que es una DAO la posible raíz de las diferencias. Por un lado están quienes consideran los valores Descentralización y Autonomía como las claves para descifrar si una entidad es o no una DAO, y por el otro, quienes comprenden las DAO a partir de las posibilidades de su configuración a través de un SmartContract.
Veamos algunas de las posiciones de miembros de la comunidad seguidora de las DAO:
Vitalik presenta al Bitcoin como un caso interesante y plantea, en su diferenciación entre DAOs y DO (Organización Descentralizada), que éste está mucho más cerca de ser una DAO que una DO. Aquí el punto álgido radica en si Bitcoin es autónoma. Quienes conocen el incidente ocurrido en el 2013, probablemente pensarán que definitivamente no es una DAO, y Vitalik es consciente de ello, razón por la cual su afirmación es que:
“Bitcoin would be as a DAO with an imperfection in its implementation of autonomy” [Bitcoin sería como un DAO con una imperfección en su implementación de autonomía].
Gustavo Segovia, quien fue el Director Académico de DAO Education, considera que el Bitcoin es la primera DAO que nació, con un propósito simple de “proveer un nuevo tipo de pago/moneda”. Si esto es cierto, la primera DAO nació en el 2008 y es Bitcoin.
Archie Chaudhury, también considera que el Bitcoin es la DAO original y afirma que “Bitcoin’s decentralization, community, and reach make it an example of what other DAOs should aspire to be, both from a technical and organizational perspective” [La descentralización, la comunidad y el alcance de Bitcoin lo convierten en un ejemplo de lo que otros DAO deberían aspirar a ser, tanto desde una perspectiva técnica como organizativa].
Por otro lado, algunos consideran que BitShares, plataforma e-commerce que vincula a comerciantes y clientes sin una autoridad central creada por Daniel Lamier, fue la primera DAO (o la primera DAC). Otros plantean que “The DAO”, la DAO creada sobre el blockchain de Ethereum, debería llevarse el título y, aunque esto es debatible, vale la pena conocer algunos detalles de este experimento.
The DAO: una historia de ensayo y error
En el 2016 surgió la propuesta del primer intento de crear una DAO sobre la blockchain de Ethereum. La iniciativa fue de la empresa Slock.it y el código fue desarrollado open source.
El concepto fue un fondo de inversiones descentralizado y transparente, en el cual los usuarios proponían proyectos y buscaban la aprobación de su comunidad, quienes eran tenedores de tokens a través de los cuales podían votar y decidir directamente qué proyectos financiar sin intermediarios. El consenso para aprobar un proyecto era de más del 20% y, si éste era aprobado, el pago se realizaba en ETH.
Todo aquel que quisiera invertir en el fondo, podría hacerlo enviando ETH a una wallet que los cambiaba por DAO Tokens en una escala de 1–100.
Así pues, el 30 de abril de 2016 se lanzó The DAO y en menos de dos meses logró levantar aproximadamente el 14% del total de ETH que existían para el momento, un éxito sin precedentes, convirtiéndose en el crowdfunding más grande la historia, habiendo recaudado más de 150.000.000 de dólares de más de 11.000 miembros sólo entre mayo y junio.
Sin embargo, el 17 de junio de 2016, uno de los miembros de Reddit Community llamado “ledgerwatch” escribió alertando a la comunidad lo siguiente:
¿Qué estaba ocurriendo? Un hacker detectó un error en la configuración del Smart Contract y drenó los fondos de la DAO.
¿Cuál fue el error? Se trataba de una posibilidad que existía en The DAO, a través de la cual los inversores podían retirar dinero si no estaban de acuerdo con la inversión. La forma de hacerlo era creando una nueva DAO y moviendo la inversión a ella, la cual se liberaba luego de 28 días. El hacker detectó que un inversor podría hacerlo varias veces sin limitación alguna.
En las primeras horas del ataque, fueron extraídos 3.689.577 de ETH, lo que representaba un 30% del total y equivalía en ese momento a 70.000 de dólares. El dinero se encontraba atrapado en la DAO creada por el hacker y la comunidad tenía 28 días para encontrar una solución o el dinero sería liberado y el hacker se podría ir con los fondos.
Fueron días de mucha conmoción y la comunidad comenzó a debatir cuál era la mejor solución para recuperar el dinero. Se planteó entonces una controversia ético-práctica de la surgieron dos corrientes de pensamiento sobre cómo se debía solucionar la situación. Este ha sido quizá uno de los debates más fuertes que ha dado la comunidad, a tal punto que terminó en la bifurcación que hoy conocemos entre Ethereum y Ethereum Classic.
Pero, ¿cuáles fueron esas dos corrientes? Por un lado, estaban los que proponían cambiar las reglas establecidas en el Smart Contract para evitar que el hacker sacará el dinero que tenía en la DAO creada para tal fin y devolver a los inversores su dinero. Por el otro lado, los que planteaban que no era posible cambiar las reglas y por tanto se debía asumir la consecuencia del error de configuración. Esto traería como consecuencia que todos los inversionistas (menos el hacker) perderían su dinero.
El debate fue muy intenso y finalmente ganó la posición de hacer cambios en las reglas. Dejando como consecuencia un fork en la cadena, pues aquellos que estaban en contra de cambiar la reglas del Smart Contract se mantuvieron en la cadena actual de Ethereum, que en adelante comenzó a llamarse Ethereum Classic; y los demás pasaron a la cadena modificada que hoy conocemos como Ethereum.
Como se podrán imaginar, esta experiencia hizo que las DAO entrarán en una etapa oscura en la que nadie quería saber de ellas.
El renacimiento de las DAOs
Después del hack que sufrió The DAO, la mayoría de los miembros de la comunidad dejaron de hablar del tema y las expectativas cayeron.
Pero en el 2019, y hasta la publicación de este artículo, han comenzado a surgir proyectos de creación y optimización de DAOs. Cooopahtroopa presenta en esta imagen una vista rápida, distribuida en categorías, de cómo se ve el ecosistema hasta el momento.
Este crecimiento ha incrementado las expectativas sobre el potencial de las DAOs para la globalización del talento y la transformación del trabajo, el impulso de los ecosistemas de código abierto, y el propio auge de las organizaciones sociales y políticas. Pero lo más importante, ha regresado a la discusión pública las inmensas posibilidades de experimentar con las DAOs.
¿Hacia dónde vamos?
La historia de las DAOs es corta, pero la de la humanidad buscando formas eficientes de organizarse es muy larga.
Quienes estamos interesados en los asuntos públicos y quienes queremos generar cambios en nuestras sociedades, podemos ver en las DAOs una valiosa oportunidad de traer a la arena pública los conocimientos y las posibilidades del blockchain.
Las DAOs son una promesa en la que considero factible invertir esfuerzos, en tanto que representan una gran oportunidad para quienes creemos que parte de los problemas que vivimos tienen que ver con la forma en la que nos organizamos para alcanzar objetivos comunes
Siendo así, podemos unir nuestros esfuerzos en hacer que el software optimice mucho de lo que hasta ahora no ha funcionado y trabajar en paralelo para crear comunidades movidas por valores conjuntos que impulsen el bienestar de nuestras sociedades.
Si decides embarcarte en este camino, es útil tener en mente las palabras de Ruth Catlow, cofundadora de Furtherfield y DECAL: “Necesitamos construir culturas antes que estructuras”. Necesitamos generar transformación social.
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